domingo, diciembre 14, 2008

ENERGIA

Energía La función productiva principal del endurance es el ejercicio. Este ejercicio puede variar desde velocidades relativamente bajas sobre grandes distancias comunes en las carreras largas hasta mayores velocidades sobre tramos cortos de 40 a 100 kilómetros. La energía es el nutriente de la dieta que influenciara directamente la capacidad del caballo de cubrir esas distancias. La energía no es un nutriente en sí mismo, más bien una medida del potencial de un alimento para cubrir las necesidades de las funciones del cuerpo y la contracción muscular durante el ejercicio. El caballo ingiere y digiere vía el tracto gastrointestinal una variedad de tipos de alimentos (fibra, almidón, grasa, proteína) que pueden ser usados para alimentar la contracción muscular. Como los caballos no pueden comer continuamente durante el ejercicio, el alimento debe ser digerido y almacenado dentro del cuerpo para ser usado mas tarde durante el ejercicio. Estos diferentes combustibles son transferidos desde la sangre, el hígado, el tejido adiposo y la célula muscular. La energía acumulada en forma de glucógeno (azúcar) intramuscular y triglicéridos del tejido graso, junto con el alimento ingerido durante la carrera proveerán la energía para la contracción muscular. La energía química cedida por el alimento debe ser convertida en energía mecánica (para contraer los músculos). Esta conversión ocurre en la célula muscular y utiliza adenosina tri fosfato (ATP) como moneda corriente para la contracción muscular. El método más directo para formar ATP es por ruptura de creatina fosfato (CP). Pero como los músculos contienen bajos niveles de CP y ATP, la provisión de ATP desaparece rápidamente con el ejercicio. Para un caballo de endurance el ATP debe ser resintetizado a la misma velocidad a la que desaparece. Dos reacciones fundamentalmente resintetizan ATP. 1) La fosforilación oxidativa, que rompe carbohidratos, grasas y proteínas, en presencia de oxígeno produciendo energía (ATP). Esta es una reacción aeróbica. 2) Glucólisis, ruptura de glucosa o glucógeno hasta ácido láctico. Esta reacción no usa oxígeno y se considera anaeróbica. Hay varios factores que determinan la elección del "combustible" y la vía para generar ATP. Estos factores incluyen el tipo de fibra muscular, la velocidad y la duración del ejercicio, el tipo de alimento provisto y el estado de entrenamiento del animal. El caballo tiene tres tipos básicos de fibras musculares: Tipo I, IIA y IIB. Estos tipos de fibras tienen diferentes características contráctiles y metabólicas. El tipo I son de contracción lenta y Tipo IIA y IIB de contracción rápida. Las de tipo I y IIA tienen alta capacidad oxidativa y pueden utilizar combustibles de modo aeróbico mientras que las de Tipo IIB tienen baja capacidad aeróbica y dependen de la glucólisis anaeróbica para la generación de energía. Los tres tipos de fibras acumulan glucógeno mientras que solo el Tipo I y IIA tienen acumulación significativa de triglicéridos. No nos sorprende que diferentes razas de caballos tengan diferentes porcentajes de tipos de fibras musculares. Por ejemplo, los Cuarto de Milla se caracterizan por tener más fibras de Tipo IIA y IIB y menos de Tipo I que los caballos árabes. Esto ayuda a explicar por qué los árabes son conocidos por su resistencia. Desafortunadamente, dentro de la raza, las diferencias entre las distribuciones de tipo de fibras musculares son mínimas por lo cual el tipo de fibra muscular para predecir performance es de escaso valor. La velocidad de la contracción muscular determina cuan rápido el animal puede moverse. La cantidad de ATP usada por el músculo depende directamente de cuan rápido se contrae, cuanto más rápido el animal se mueve más grande es el requerimiento de ATP. Al paso los músculos se contraen despacio y requieren cantidades muy bajas de ATP. Durante este tipo de ejercicio se comprometen primariamente fibras de Tipo I y la generación de energía es enteramente aeróbica. A esta velocidad el músculo utiliza principalmente grasa como combustible. El cuerpo es capaz de acumular grasa y puede ser movilizada suficientemente rápido para proveer energía para la contracción muscular. Si la velocidad se incrementa a un trote o un galope las fibras de Tipo I ya no son capaces de contraerse lo suficientemente rápido como para propulsar al caballo. En este punto las fibras de Tipo II A son comprometidas. Estas fibras son también aeróbicas pero usan una combinación de glucógeno y grasa para generar energía. A medida que el caballo incrementa su velocidad a un galope rápido, se comprometen las fibras tipo IIB y la generación de energía no permanece puramente aeróbica. A esta velocidad el requerimiento de ATP excede la capacidad del caballo para proveer suficiente oxígeno al músculo para producir energía por medio aeróbico. La glucólisis anaerobia se convierte en la vía metabólica para generar ATP. Deviene sin embargo en acumulación de ácido láctico y sobreviene la fatiga a medida que el Ph del músculo baja. La velocidad a la que típicamente trabajan los caballos de endurance está en el rango que puede ser mantenido casi totalmente con la producción de energía aeróbica. Solo durante los "piques" que algunos jinetes usan al principio de la carrera, los de fin de carrera y al subir pendientes la producción de energía cambia a anaeróbica por un corto período. En consecuencia, la fatiga en un caballo de endurance es mas probablemente resultado de la depleción de las reservas de glucógeno y triglicéridos que de la acumulación de láctico. La energía de la dieta generalmente se expresa en kilocalorías (Kcal.) o mega calorías (Mcal) de energía digestible. La energía digestible se refiere a la cantidad de energía total de la dieta que realmente absorbe el caballo. Los requerimientos de energía digestible para los diferentes tipos de caballos se calculan en base a los requerimientos de ED para mantenerse mas la energía adicional requerida para el ejercicio. Por ejemplo un caballo de endurance de 450 Kg. tendría un requerimiento de ED de mantenimiento de 14,9 Mcal/día ( ED=1,4+o,o3 Peso vivo; NRC 1989) . El mismo caballo de endurance montado a un trote mediano (250 m/min) por un jinete de 75 Kg de PV por tres horas tendrá un requerimiento de energía adicional de 14,9 Mcal/día (Pagan y Hintz, 1986) El requerimiento de Energía total será de cerca de 30 Mcal de ED/día, un valor que el NRC 1989 clasificaría como trabajo intenso. El requerimiento total de ED (mantenimiento + ejercicio) puede ser provisto por cuatro fuentes diferentes de energía de la dieta; almidón, grasa, fibra y proteína.

viernes, septiembre 19, 2008

COMIENZO DEL ENTRENAMIENTO

SINDROME DE ADAPTACION (SGA) El Síndrome General de Adaptación dice que , ANTE UNA SITUACION ESTRESANTE PARA EL ORGANISMO ESTE REACCIONA MEDIANTE UNA SERIE DE AJUSTES CON LOS QUE TRATA DE RESTABLECER EL EQUILIBRIO . En un primer momento se genera una reacción de alarma. El equilibrio se rompe y se ponen en funcionamiento todo tipo de ajustes fisiológicos.A continuación, el organismo presenta un estado de resistencia. Una vez conseguidos los ajustes más inmediatos, trata de soportar la situación estresante. Si dicho contexto se mantiene, entonces pueden darse dos circunstancias: Se trastornan los ajustes y disminuye la resistencia El organismo reacciona y aumenta sus defensas haciéndose más resistente a ese estímulo determinado. Este estímulo se conoce como supercompensación. La citación es relativamente duradera pero pasado cierto tiempo y no produciéndose otro estímulo, el organismo regresa a sus niveles anteriores. Aplicando sucesivos estímulos dentro de períodos de supercompensación consecutivos, el organismo reaccionará de la misma forma que la primera vez y conseguiremos entonces aumentar el rendimiento. Es como si, una vez sufrida una agresión, el organismo se reforzase para poderla resistir en mejores condiciones si tuviese que enfrentarse de nuevo a ella. En el desarrollo de nuestros entrenamientos vamos a utilizar esta adaptación de la mejor manera posible para ir aumentando por un lado el umbral de excitación y por consiguiente las capacidades físicas del caballo. Tendrán lugar entonces tanto adaptaciones morfológicas que mejorarán las condiciones anatómicas como metabólicas las cuales mejorarán las fuentes energéticas. Si los estímulos fuesen aplicados en medio del proceso de restitución, el rendimiento disminuiría. A la hora de aplicar los esfuerzos deberemos de tener en cuenta que cada caballo es diferente y por lo tanto tiene un nivel de excitación distinto así como que para que se produzca una adaptación, éstos deben de tener una determinada intensidad Los estímulos débiles no producirán ningún efecto sobre el organismo mientras que los excesivos lo llevarán al agotamiento. La situación de los estímulos en el tiempo también afecta a la reacción del organismo, dando lugar a: Supercompensación: tal y como hemos visto, tras la aplicación de una carga en un entrenamiento y después de un descanso adecuado, el organismo recupera el nivel inicial funcional previo y lo supera. Si aplicamos los siguientes estímulos en la fase de supercompensación, obtendremos un incremento del rendimiento. Supercompensación nula: si las cargas de entrenamiento se aplican muy alejadas cada una de la siguiente, la supercompensación obtenida se anula, quedando el organismo en su nivel funcional inicial. En este caso nuestro trabajo no proporcionará un incremento del rendimiento del organismo. Supercompensación negativa: si los descansos entre cargas no son los apropiados, se produce un estado de agotamiento funcional que deriva en una disminución del rendimiento. Como se observa en el gráfico, los estímulos se están aplicando durante el periodo de restitución y no permiten que el organismo inicie la supercompensación. Supercompensación de efecto acumulado: se realiza un bloque de trabajo con recuperaciones incompletas para posteriormente posibilitar una recuperación más amplia.

sábado, febrero 16, 2008

UN POCO DE HISTORIA

El origen de ésta raza milenaria se ubica en la zona del desierto del Nedjed en Arabia, hace miles de años. Allí se conservó como raza pura, a través de los siglos por la sabia y aguda observación de los pueblos nómades, que habitaban la Península Arábiga. Ellos fueron de los primeros en aplicar un concepto de cría y selección sobre la base de pedigríes, familias y líneas de sangre buscando que sus caballos fueran puros de origen y de la resistencia y velocidad necesaria para las batallas, pues dependía de eso la vida del jinete. Los beduinos, que fueron los criadores del caballo árabe eran fanáticos para preservar la pureza de la sangre y la yegua se convirtió en la posesión más valiosa del beduino. Criados desde sus orígenes en climas áridos, arena y viento, hizo del árabe un caballo sumamente rústico y adaptable a distintos climas y condiciones. Ya desde el siglo XVI A. C. aparece en anillos, en pilares y en diferentes monumentos la figura del caballo árabe. En los jeroglíficos egipcios se proclama el valor y belleza. En el antiguo testamento se hace referencia al coraje y valentía de estos animales. 900 años A. C., El Rey Salomón elogia la belleza de los caballos árabes tirando los carruajes de los faraones. En los años 490 A. C. el famoso jinete griego Xinophon proclama al caballo árabe como un animal noble que exhibe toda su belleza algo tan encantador y maravilloso que fascina a jóvenes y viejos. El caballo árabe nació ligado al nómada y su familia, eran las yeguas, sus cabalgaduras preferidas al salir a guerrear, ya que relinchaban menos que los sementales al ver las cabalgaduras del enemigo, evitando de esta manera ser descubiertos por éste. Los potrillos permanecían con las mujeres e hijos y por las noches eran las yeguas las que tenían el derecho de dormir con el nómada y su familia en las tiendas, como lo retratan tantas litografías del siglo XIX. Allí las alimentaban con dátiles y leche de camello primordialmente. Siglos de convivencia sumamente estrecha con el hombre han hecho del caballo árabe un real amigo del hombre al cual no temen, ya que no conocen el castigo, pues su docilidad nata es una de sus características. Desde siempre fue un excelente caballo de silla, sumamente inteligente y dócil. Hay que recalcar la docilidad ya que su cabeza erguida, ollares dilatados, ojos brillantes y paso altivo ofrecen una imagen temperamental. Su mansedumbre y disponibilidad simplifican la tarea de la doma, ya que se hace a un lado el brutal uso del fuete o cuarta y se evitan los rudos jalones de rienda que al activar el freno lastiman lamentablemente el hocico de la bestia. Para el caballo árabe ser montado es natural y es desde el primer día una amistad creciente y duradera. Todas las cualidades genéticas altamente transmisibles, han tenido una notable influencia en todas las demás razas hasta hoy conocidas. Además han sido la base del Pura Sangre Ingles, Percherones, Anglo Normandos, Cuarto de Milla, Morgan, Lipizzanos entre otros. Por ello al árabe se le llama el padre de todas las razas, ya que es la única raza auténticamente pura, sin cruzamientos. Algunas de las razas que se formaron son más veloces, más grandes, saltan más alto, pero ninguna posee su belleza, carácter, ni su estampa o distinción inigualable. Llama enormemente la atención su belleza, armonía y el equilibrio de sus formas. Los machos tienen una alzada promedio de 1.49 - 1.52 mts. y las yeguas 1.49 -1.50 mts., aunque actualmente existe la tendencia de buscar animales de mayor alzada, sin por ello alejarse de los estándares de la raza. Su cabeza es corta de frente ancha y perfil cóncavo, inmediatamente por debajo de los ojos. Éstos son grandes, oscuros y expresivos. Sus orejas son finas y cortas, terminando en punta hacia dentro, como media lunas. Su cuello es largo, flexible y elástico. De lomo amplio y ancho, ideal para la montura. La cola la lleva bien erguida - en alto en todo momento y su porte es importante, como la forma de llevar la cabeza en alto, siendo éstas características innegables de la raza árabe. El cuerpo tiene costillas ampliamente arqueadas, tienen 17 pares a diferencia de las otras razas. Patas y manos son firmes, con tendones visibles, secos por tener un subcutáneo sumamente delgado. Los cascos son muy duros. Su piel es sumamente fina y suave. Los colores son, tordillo, alazán y la gama de los retintos. La acción del árabe es de paso elástico, casi felino. El trote con una acción especial por la forma de sacar las manos. El galope es suave y veloz, con una notable libertad de movimientos. Todo esto contribuye a su porte soberbio y distinguido. Es un caballo versátil por excelencia, ya no es utilizado para la guerra, pero su velocidad es proverbial en los hipódromos, su resistencia inigualable en competencias de 20-100 millas, cabalgatas de paseo, trabajos de campo, mejoramientos de otras razas, o simplemente para disfrutarlo en el jardín o granja. En la actualidad se cría en el mundo entero, los diferentes climas, alimentación y preferencias personales en la selección de cada criador, ha dado origen a distintas líneas fenotípicas: la egipcia, la inglesa, polaca, rusa, española, etc. Todas ellas con características bien definidas, sin dejar de ser caballos árabes puros. El "Árabe", es un caballo versátil, veloz en su tipo, ágil, de mucho coraje, resistente, brioso pero dócil, con un excelente andar, y de una gran afinidad con el ser humano. Ha sido seleccionado a través de los siglos, por estas cualidades. La belleza de su cabeza, su cuello arqueado, su lomo corto su cola erguida y la espectacularidad de sus movimientos lo definen como, el caballo más gallardo y elegante. Expansión de los Caballos Árabes en el Mundo Se inició con el amanecer del Islam, cerca del año 600 D. C. cuando los árabes comenzaron a conquistar el mundo civilizado de occidente. Muy pronto los caballos que existían en Europa empezaron a cruzarse con los caballos árabes, especialmente como resultado de las cruzadas cristianas, que volvían del este entre los años 1099 y 1249 D. C. Con la invención de las catapultas de fuego, el caballo europeo pesadamente armado perdía su importancia, se dieron cuenta que los caballos árabes eran los mejores por ser ligeros y rápidos, empezaron a ser usados por las caballerías montadas. Las guerras subsecuentes probaron la superioridad del caballo árabe, como el montaje perfecto de los militares al través del mundo. Después de las cruzadas, la gente del mundo occidental comenzó a mirar a la gente del este para hacerse de pies de cría de caballos árabes. Entre 1683 y 1730 una revolución en la crianza del caballo, ocurrió cuando tres sementales árabes fueron importados a Inglaterra: de Arabia el Darley; de Turquía el Byerly y el árabe Godolphin; fueron los fundadores de los pura sangre Ingles. Hoy, el 93% de estos caballos pura sangre ingleses modernos son descendientes de esos tres caballos. La familia real de Polonia estableció su yeguada árabe, al igual que los reyes de Alemania y de otras naciones europeas, con sementales y yeguas de la raza árabe. Como resultado de los viajes por el desierto de Lady Ann Blunt importó de Egipto varios caballos y yeguas para formar la famosa granja Crabbet en Inglaterra. Esta yeguada eventualmente ha proveído caballos de pie de cría en muchos países, incluyendo Rusia, Polonia, Australia, Norte y Sudamérica, y Egipto. Al continente americano llegó la primer sangre árabe en 1725, traída por Nathan Harrison de Virginia, también se dice que el primer presidente de los Estados Unidos, Jeorge Washington montaba caballos árabes; sin embargo, el primer criador ya de importancia fue Keene Richard que viajó a Arabia entre 1853 y 1856 importando varios sementales y dos yeguas de pie de cría. Esto no tuvo mayor trascendencia, ya que su programa fue destruido con la guerra civil y nada sobrevivió de este esfuerzo. En 1877, el General Ulises S. Grant visitó a su alteza imperial el sultán de Turquía Abdul Hamid II y le regaló dos sementales de su establo, sus nombres Leopard y Lindentree. Leopard más tarde fue regalado a Randolph Huntington, quien a su vez importó dos nuevas yeguas y también dos sementales en 1888 de Inglaterra. Estos programas de la crianza del caballo árabe aunque no muy extensos, son considerados los primeros programas que cimentaron el establecimiento de la sangre árabe en los E. U. La feria mundial que se celebró en 1893 en Chicago, fue de gran importancia para el establecimiento de la sangre de caballos árabe en América. El pabellón de Turquía exhibió 45 caballos árabes en su stand “wild eastern”, (del este salvaje). Dos de los ejemplares más sobresalientes en esta exhibición fueron la yegua Nejdme y el garañón Obeyran. Ellos son los fundadores de los libros genealógicos de los Estados Unidos de la raza pura sangre de caballos árabes. Hasta la fecha en muchos pedigríes de los criadores actuales en Estados Unidos todavía persiste la sangre de estos caballos importados en el siglo XIX. Años posteriores, entre 1898 y 1911, Spencer Borden importó 20 caballos de Inglaterra y de Egipto a su criadero. W. R. Brown importó 20 caballos: 6 de Inglaterra, 6 de Francia y 8 de Egipto entre los años 1918 y 1932. Una de las importaciones más significantes ocurrió en 1906 cuando Homer Davenport recibió permiso del sultán de Turquía para exportar a los Estados Unidos caballos árabes con la venia del Presidente Theodore Roosevelt. 27 caballos, mismos que sirvieron de pie de cría de la yeguada llamada The Davenport. Las importaciones que hizo Davenport de caballos árabes directamente del desierto, llamaron mucho la atención de de los criadores existentes en E. U. A. Este grupo de criadores decidió hacer un equipo para promover el registro, la importación y crianza de caballos árabes. Fue así como en 1908, fue fundado The Arabian Horses Club of America. En la actualidad se conoce como Arabian Horse Association y es el primer libro de registro reconocido por el Departamento de Agricultura de los Estados Unidos. Otra importante importación ocurrió en 1920 cuando Kellogg Ranch, fundada por W. K. Kellogg, trajo 17 caballos selectos de la línea Crabbet de Inglaterra entre 1926 y 1927. Poco después Roger Selby estableció su yeguada Selby con 20 caballos importados de de la línea inglesa Crabbet por los años 1928 al 1933. Albert Harris importó en 1924 dos caballos de Inglaterra y en los años 1930 y 1931, importó de las regiones del desierto Hejaz y Nejd 5 caballos más. Joseph Draper trajo de España 5 caballos árabes en 1934. Entre los años de 1934 y 1937, J. M. Dickinson's estableció su yeguada importando sus caballos de Egipto, Brasil y Polonia. Con la muerte de la señora Wentworth se vendió el criadero Crabbet de Inglaterra. Muchos de los caballos fueron adquiridos por criaderos americanos. Lo mismo sucedió en la post guerra cuando fueron hechas importaciones masivas provenientes de Alemania, Polonia, Rusia, España y Egipto y se estableció una nueva era en la criaza del caballo árabe.

FELICIDADES CAMPEONES(EUGENIO Y REYERO),BUEN TRABAJO

NO DEJES QUE NADA NI NADIE ROBE TU SUEÑO.UN ABRAZO MUY FUERTE.