sábado, noviembre 10, 2007

FIBRAS,ALMIDON Y GRASAS

Manejo nutricional del caballo de endurance Almidón El almidón, un carbohidrato compuesto por gran número de moléculas de glucosa, es el componente primordial de los granos de cereales representando del 50 al 70 por ciento de la materia seca del grano. De los granos que habitualmente se ofrecen a caballos de endurance, el de más alto contenido de almidón es el maíz, seguido por la cebada y la avena. En su alimentación, el caballo rompe el almidón en unidades de glucosa que tiene en el intestino delgado. Una vez en la sangre, estas unidades de glucosa pueden ser usadas para un cierto número de reacciones, incluyendo: 1) ser oxidadas para producir ATP. 2) ser usadas para sintetizar glucógeno, glucógeno del hígado o grasa corporal. El almidón es la fuente de energía de la dieta para la síntesis de glucógeno. La digestión del almidón resulta directamente en un aumento de la glucosa en sangre y la insulina, dos de los más importantes factores involucrados en la síntesis de glucógeno. El glucógeno del músculo es una versátil fuente de energía durante el ejercicio de endurance ya que puede ser metabolizado con oxígeno (aeróbico) o en ausencia del mismo (anaeróbico). Además, el glucógeno acumulado en el hígado estará disponible para la producción y liberación de glucosa a la sangre durante el ejercicio. Mantener los niveles sanguíneos de glucosa durante el ejercicio es sumamente importante porque la glucosa es el único combustible disponible para el sistema nervioso central. En los caballos de endurance la hipoglucemia (bajos niveles de azúcar en sangre) como resultado del ejercicio prolongado, puede ser causa de fatiga. Grasa El aceite de maíz y el aceite de soja junto con la grasa animal, son las fuentes más comunes de grasa en la dieta del caballo. La grasa contiene, a grandes rasgos, 2,25 veces más energía digestible que el mismo peso de maíz, cebada o avena. Numerosos estudios de digestión confirmaron que la grasa es muy palatable y extremadamente bien digerida. Es una fuente de energía menos versátil que el almidón, porque solo puede ser oxidada aeróbicamente para producir energía. Los ácidos grasos derivados del metabolismo de las grasas no pueden convertirse en glucosa o ser usados para sintetizar glucógeno. La grasa es, sin embargo, una fuente útil de energía de la dieta. Existen investigaciones que concluyen que proporcionar grasa a los caballos en la dieta resulta en gran movilización y utilización de grasas durante el trabajo en distancias largas (Pagan et al., 987). En esencia, parece que los caballos entrenan su sistema enzimático para utilizar grasas desechando el uso del glucógeno del hígado y del músculo. Además los caballos de endurance en entrenamiento intenso tienen muy altos requerimientos de energía digestible por día. Muy a menudo estos caballos no pueden o no comerán suficiente alimento para cubrir sus requerimientos energéticos. El resultado es una baja de la condición corporal. A estas instancias, agregar grasa incrementa la densidad energética de la dieta de modo que menos alimento se requiere para mantener el peso corporal. Hintz et al. (1978) reportó que caballos de endurance que consumen dietas suplementadas con grasas requieren menos comida para mantener el peso corporal. Fibra La Fibra (heno/pastura) es una fuente de energía que frecuentemente se subestima en la nutrición del caballo. Los caballos tienen un colon altamente desarrollado con millones de bacterias capaces de fermentar grandes cantidades de fibra de las plantas. Los ácidos grasos volátiles, como producto final de la fermentación de la fibra, son absorbidos desde el colon y transportados al hígado. Una vez en el hígado, los AGV pueden ser convertidos en glucosa y acumulados en el hígado como glucógeno o ser convertidos en grasa y ser usados para fortificar el tejido adiposo. La fibra, entonces, puede ser usada como fuente de energía durante el ejercicio de resistencia, ya que la fermentación de la fibra y la absorción de AGV continúa largo tiempo luego de la comida. La salud intestinal de un caballo de endurance es crítica para el éxito. Normalmente, el tracto digestivo del caballo está activo moviendo los ingredientes de las comidas por todo el largo del tracto. La inactividad de su sistema digestivo debida a la deshidratación y/o a los desbalances electrolíticos puede causar severos cólicos y algo peor: la muerte. Investigaciones en Alemania (Meyer et al.,1987) han subrayado la importancia de la fibra para mantener la salud intestinal. Sus experimentos mostraron que una dieta alta en fibra resulta en un incremento del consumo de agua. Más aún, en animales suplementados con heno y sal en la dieta tienen 73 por ciento más de agua en su sistema digestivo y luego del ejercicio aproximadamente 33 por ciento más de electrolitos disponibles en comparación con los animales con dietas bajas en fibra. El agua adicional y los electrolitos en el tracto digestivo de los animales con dietas ricas en fibra se debe probablemente a la alta capacidad higroscópica de la fibra. Más importante aún el pool de agua y electrolitos creados por una dieta rica en fibra pueden ser usados para combatir la deshidratación y el desbalance electrolítico en el caballo de endurance. Otro atributo importante del sistema digestivo repleto de fibra es el mantenimiento del flujo de sangre hacia el tracto digestivo durante el ejercicio. La presencia física de fibra en el tracto digestivo ayuda a asegurar que la sangre no se aleje totalmente del sistema digestivo durante el ejercicio. Duren (1990) reportó el porcentaje de flujo sanguíneo que sale del corazón distribuido al sistema digestivo era más elevado en ponies alimentados que en ponies hambreados durante el ejercicio. Para un caballo de endurance el mantenimiento del flujo sanguíneo al sistema digestivo incrementará la habilidad del tejido intestinal para mantenerse activo y evitará el cólico. La fibra en forma de heno o pastura probó ser una excelente fuente de energía para los caballos de endurance. Además de la fibra del forraje están las llamadas "super fibras". Estas súper fibras poseen los mismos aspectos beneficiosos de las fibras del forraje para mantener la salud intestinal y el balance de fluidos y electrolitos pero contienen más energía. La energía adicional es el resultado del alto contenido de fibra y un componente baja lignina (fibra no digestible). Sin embargo, estos ingredientes tienen más fibra disponible para la digestión microbiana. Estas súper fibras (pulpa de remolacha, salvado de arroz, cáscara de soja, cáscara de almendras, cascarilla de avena) contienen energía equivalente a la avena y la cebada pero son más seguros porque no producen síntomas de sobrecarga de almidón.

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